1 de noviembre de 2007

Mercano, el marciano, visitó La Paz


Para quienes no han escuchado hablar de Juan Antín, él es un joven director de animación argentino. Realizador del multipremiado largometraje “Mercano, el Marciano”, un referente imprescindible del cine latinoamericano de animación actual.

Juan Antín visitó La Paz la última semana de octubre. Dio algunas conferencias, nos presentó a Mercano, nos habló de su nuevo proyecto "Dioses de Lata", y fue jurado en el Festival ANIMATEUR, todo esto en el marco de las celebraciones del Día Internacional de la Animación.
En su corta pero ajetreada visita, Juan nos mostró el gran ser humano que es. Paradójicamente, al igual que su personaje vivió algunas desventuras, pero todo ello no menguó su entusiasmo. Se quedó entusiasmado con La Paz, su gente y sus empinadas calles; se comió cuanto plato de chairo se puso a su mesa; no se perdió la oportunidad de conocer Tiahuanaco y el Lago Titicaca; y hasta se dio una "vueltita" por la feria de El Alto.
No podíamos desaprovechar la oportunidad de conocer más detalles sobre Juan, Mercano y los próximos proyectos; y en una breve comunicación le hicimos esta entrevista.

¿Como te dio por ser animador? ¿Fue algo muy meditado, o total vocación?
Fui criado en una familia de cine, mi padre es director y ha realizado más de diez largometrajes, mi madre es escenógrafa y vestuarista y lo ha acompañado en sus películas, por lo que durante mi infancia me la pasé en sus filmaciones, mirando de afuera, jugando. Luego durante mi adolescencia leí demasiada ciencia a ficción y quise ser un científico loco, por lo que al terminar el colegio fui a la universidad a estudiar Ciencias Físicas, pero luego de varios años de estudio me di cuenta que eso no era lo que quería. Comencé a dibujar, a animar, a estudiar música y me entusiasmé mucho. Así fue como decidí juntar el cine, la ciencia, el dibujo, la literatura y la música: el resultado fue la animación y desde entonces no paré.

¿De qué creación te sientes más orgulloso?
Pues no sabría decirte, Mercano me ha dado muchas satisfacciones pero creo que Los Dioses de Lata, mi nueva película, es mi creación más importante.

¿Tu estilo está influenciado por alguien?
Por supuesto que el estilo de todo artista se va formado con referentes, aunque sea de manera inconsciente. Creo que en mi caso la influencia no viene directamente de la animación sino de la música, el cine, la literatura, el cómic, las ciencias, etc. En la animación, para nombrarte un par de referentes me gusta mucho la animación de Europa del este.

¿En que estás trabajando ahora mismo?
Ahora estoy trabajando en un largometraje stop motion sobre la conquista de América, pero vista desde la perspectiva indígena, se titula Los Dioses de Lata. Una comedia ácida sobre la verdadera historia que no nos contaron, creo que será muy controversial y llegará muy lejos.

¿Qué diferencias ha habido entre un proyecto ("Mercano…") y otro ("Dioses de lata")? ¿Se afrontaron de la misma forma?
En cada proyecto me gusta mucho experimentar. Mercano y Dioses se diferencian principalmente por su técnica. Una con dibujo animado y 3D; la otra stop motion y recortes. La manera de encararlo también fue diferente, Mercano surgió luego de hacer una serie para la televisión, junto con Ayar B. Luego de hacer casi sesenta cortos del marciano nos envalentonamos y nos hicimos el largo. Dioses, en cambio, nace directamente de una idea que, sin nada previo, la fui desarrollando y madurando con los años.

 ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
En cine, mis próximos proyectos incluyen la filmación con actores. No quisiera hablar mucho de ellos porque es demasiado prematuro, pero los vengo gestando hace tiempo. También tengo pensado dedicarle más tiempo a la música, pero por puro placer.

¿Qué consejos darías a la gente que empieza con la animación?
Que sepan que todo lo que se imagina es posible. Pero que hay que tener mucha paciencia y perseverancia para concretarlo.

¿Cómo ves el panorama actual en Latinoamérica?
Creo que la animación, como el cine, esta teniendo un gran auge en Latinoamérica. Hay muchas razones pero creo que la democratización de la tecnología tiene un papel fundamental. Ahora, todos pueden filmar desde sus casas o incluso hacer una película desde su celular. Lo genial de la animación es que el camino de la experimentación es muy vasto.

Juan prometió visitarnos muy pronto con su esposa y su pequeño hijo; le quedo pendiente una "escapadita" por los Yungas y el primer número de los folletos "Aprenda tocar quena".


24 de septiembre de 2007

Tras la huella de Emeterio



Son aproximadamente las 10:30 de la mañana del jueves 7 de septiembre de 2006, bajamos con cierta curiosidad y entusiasmo al depósito de la Cinemateca Boliviana. Elizabeth, responsable del archivo, solicita a uno de los encargados revisar un material que tenían catalogado. El responsable se dirige a uno de los varios estantes que se encuentran en el lugar. Coge una escalera y de la ultima repisa va revisando una por una las latas de película que estaban allí apiladas. Como una broma del destino, es precisamente la última lata y la que se encuentra más al fondo, el material que se estaba buscando. En ese momento hacíamos historia; quizá no, para los sesudos y algo elitistas historiadores del cine boliviano, pero sí, para quienes nos apasionamos por la animación. Habíamos encontrado el PRIMER DIBUJO ANIMADO BOLIVIANO.

Hablar de animación en Bolivia es hablar de un arte considerado peyorativamente menor. Nuestras “historias oficiales del cine”, en el mejor de los casos se limitan a mencionar en una oración cualquier antecedente al respecto.

Precisamente esta sensación de vacío nos impulsó el año 2001 a emprender esta búsqueda. En una charla informal con Pedro Susz, en esa época director de la Cinemateca Boliviana, le consultamos la existencia de un material denominado “Emeterio”, nos respondió que el material se encontraba en negativo. Teníamos la certeza de su existencia y consideramos imprescindible recuperar ese material.

Ya habíamos escuchado diferentes historias, como que el primer largometraje de animación argentino se perdió porque el laboratorio que almacenaba los negativos entró en quiebra y vendió el material para la fabricación de peines. En una tara muy común a los latinoamericanos que no sabemos preservar nuestra memoria cultural y artística. Evidentemente “Emeterio” no corre ese peligro, pero había que tomar ciertas precauciones.

Empezamos a diseñar estrategias para la recuperación de ese material, elaborar proyectos para solicitar que instituciones o embajadas pueden restaurar o por lo menos positivar el material. Se planearon diferentes alternativas, inclusive el de construir un laboratorio artesanal para positivarlo en blanco y negro. Todas estas ideas quedaron un poco olvidadas pues había algunas necesidades más urgentes que cubrir.

Pasaron algunos años, y el 2005 se celebró por primera vez en Bolivia el “Día Internacional de la Animación”. Fuimos el tercer país latinoamericano que participaba de esta celebración después de Brasil y Argentina. Y el mensaje que recibimos en esa oportunidad fue claro, la ASIFA (Association Internacional du Films D’Animation) apoyaba y promocionaba la recuperación y difusión de todos los materiales de animación.

Desempolvando la idea de recuperar “Emeterio”, esta vez con el apoyo de la ECA (Escuela de Cine y Artes Audiovisuales) nos pusimos a reconfigurar el proyecto. En breves encuentros con gente de la Cinemateca, el CONACINE (Consejo Nacional del Cine de Bolivia) y el tozudo asesor legal del Viceministerio de Cultura, el proyecto se detuvo por “cuestiones de derechos de autor”, cuando el fin principal era recuperar una obra histórica que tendría similar valor al de “Wara Wara” (primer largometraje boliviano) si habláramos a nivel cinematográfico.

Nuevamente, algunas necesidades apremiaban y el proyecto parecía postergarse para otra oportunidad. La celebración del “Día Internacional de la Animación – 2006” estaba ya prácticamente organizada. Pero, en una de las últimas reuniones para ajustar detalles de las actividades que se iban a realizar es que se desliza la idea frustrada de recuperar “Emeterio”. Elizabeth, revisa su base de datos y evidentemente encuentra el material, pero recibimos una grata sorpresa, “Emeterio” no está en negativo como se nos había informado: es una serie de tres capítulos en positivo, en colores y con sonido incluido.

De esta manera, fruto de la casualidad y quizá de la perseverancia, el 28 de octubre del 2006, celebrando el “Día Internacional de la Animación” y después de 45 años se proyecta en una sala de cine “Emeterio”, la primera animación boliviana. Esta noticia es una de las principales en cuanto a las actividades de la ASIFA a nivel mundial.

Resulta paradójico que quien más interesado estaba en la proyección de está película no haya podido verla en cine por motivos familiares. Pero la tarea no está concluida, ahora hace falta saber quién o quiénes fueron los autores. Si tienen algún dato por favor háganlo conocer.

Álbum de fotos